Vasos Largos:
Muy buenas Chendo, después de haber participado en diferentes pruebas de media
y larga distancia ¿qué te lleva a participar en esta pasada Maratón de Sevilla?
¿Cuándo decides apuntarte?
Chendo: A
finales de 2012 me aventuré en mi primera media maratón, siempre había tenido
la sensación que a mi ritmito podría ir sumando kilómetros y poder hacer una
media maratón. Pero esta gran experiencia, que nunca olvidaré, me llevó a
repetir en otras medias y de ahí a pensar “¿y por qué no la maratón?”. Había
visto correr a mis compañeros y aunque estoy muy lejos de ellos tampoco
pretendía competir con nadie, únicamente conmigo mismo. Me apunté prácticamente
el último de los 9000, a las 6 de la tarde del 29 de noviembre vi por Facebook
que quedaban pocos dorsales disponible y unas horas antes Zurdo me había
comentado lo mismo, así que dándole muchas vueltas me decidí apuntar a pesar de
que en ese momento me encontraba con un esguince de tobillo.
Vasos Largos:
Una vez efectuado el pago, ¿cuál fue tu primera sensación?
Chendo:
Miedo. No hay otra palabra para describir mi pensamiento escasos minutos
después de realizar el pago. Me quedaban muchos días de entrenos con frío o
lluvia y una cifra me atormentaba el pensamiento, ese número no era otro que el
42.
Vasos Largos:
Pero vayamos con la preparación de esta trigésima Maratón de Sevilla, ¿desde
cuándo venías preparándote?
Chendo: Mi
preparación fue un poco, o un mucho, caótica. Empecé después de la nocturna de
nuestro pueblo a acumular kilómetros y así completé la media maratón de
Marchena y de Dos Hermanas. Pero entonces me apunté a la maratón y todo se
empezó a torcer, lo primero un esguince que me dejó cojeando dos semanas y
cuando creía que eso pasaba a mejor vida me sobrevino un intenso dolor en la
rodilla izquierda que ni me dejaba subir escaleras. Mes y medio para volverme a
calzar las zapatillas y claro había perdido todo lo ganado. Así que a un ritmo
más lento decidí ir aumentado los kilómetros de 2 en 2 por semana para poder
hacer el 23-F entre 21 y 25 kms. Así a 11 días para la maratón hice 25 kms por
cuestas y me dije “¿y si salgo desde el principio y hasta donde llegue
llegué?”. Sabía que 30 kms podía hacer pero después de eso me quedaban 12, pero
había que intentarlo y fui como el estudiante que no tiene nada que perder y va
a ver el examen cuanto menos.
Vasos Largos:
¿Tuviste algún momento de duda?
Chendo:
Todos, creo que no hubo ni un segundo en el que no dudara. Desde la inscripción
hasta el pistoletazo de salida pasando por los continuos cambios de idea en el
kilometraje que quería realizar el 23-F. Incluso en la carrera pensaba que mi
maratón terminaría en el kilómetro 30 porque pensaba que muscularmente no
estaba para nada preparado.
Vasos Largos:
Si se puede contar dinos como fue tu rodaje previo, ¿sólo rodaje, rodaje y
series, lo alternaste con otro deporte? ¿Sobre cuantos kilómetros semanales
corrías y cómo evolucionaba su cuantía conforme se acercaba el 23-F?
Chendo: Yo me
dediqué a rodar y lo alternaba con el partido semanal de futbito con los
amigos. No puedo decir que realizara un kilometraje determinado por semana,
porque como he comentado anteriormente mis kilómetros iban aumentando conforme
me iba recuperando del dolor de la rodilla izquierda a la que por otra parte
tampoco quería sobrecargar de trabajo pues aún creo que la lesión me apareció
por ir acumulando demasiados metros.
Vasos Largos:
Dicen que para un atleta correr un maratón es una de las mejores experiencias
de la vida, algunos lo equiparan incluso a tener un hijo, ¿qué opinas?
Chendo: No lo
sé porque no soy padre, pero sí puedo decir que es una experiencia increíble.
La conexión con la carrera es casi mística, algo que no puedo explicar con
palabras y que por supuesto recomiendo a todos los integrantes y simpatizantes
de este club.
Vasos Largos:
Suena el reloj y el 23-F se despierta, ¿cuéntanos tú mañana previa al maratón?
¿Nervios?
Chendo:
Muchísimos nervios, pero no solo el día de la carrera sino también la
tarde-noche anterior y la noche antes en la que apenas dormí. Tras desayunar y
que Cris me recogiera fuimos a por Diego y después a Alcalá a por Paco y a la
llegada a La Cartuja entre el nerviosismo, la calefacción del coche y la
conducción terminé vomitando lo que había desayunado. A tomar por saco todas
las reservas que podría asimilar esa mañana, ese día solo me acompañaría un
plátano que me tomé tras vomitar. El único momento que me sacó de ese
nerviosismo fue la sorpresa de encontrarnos con un loco andando por la media de
la A-92.
Vasos Largos:
Son las 9h y tras el pistoletazo da salida la carrera, ¿dónde estabas situado?
¿y en principio cuál era tu estrategia de carrera (si se puede contar)?
Chendo: Pues
con esto de los nervios me despedí antes de tiempo de mis compañeros y me fui
al servicio pues veía que me tendría que parar en algún punto kilométrico y no
quería. De todas formas poco tenía que hacer ya con ellos pues sus objetivos
están muy lejos de los míos por lo que me coloqué entre la último centena de
los 9000 para no malgastar fuerzas entre el tumulto de la gente. Yo sólo quería
llegar a meta, el tiempo era lo de menos.
Vasos Largos:
Mucha gente comenta que hay tal conexión entre corredor y la maratón que eres
capaz de recordar cada paso que has dado así que vamos a ahondar en tus
pensamientos y sensaciones al paso por lo kilómetros, ¿qué pensabas y que
sentías durante los primeros 10 kms?
Chendo: Iba
con la idea de ir guardando fuerzas así que no me preocupaba estar tan
retrasado ni el tiempo que llevaba. Sólo quería que el desgaste fuera el mínimo
para no pagarlo después. Me extrañaba, no obstante, que ya me encontraba con
gente andando y como en el suelo estaban ya los primeros geles ya usados. Yo
llevaba 3 geles y todavía no tenía pensado usarlos pero me preguntaba que
estarían pensando todos aquellos que habían perdido los suyos en los primeros
metros, os juro que había más de 1000 geles diferentes además de centenares
prendas tiradas por los corredores. Vamos que el Charco de la Pava ese día era
la mediana de salida de la maratón de Sevilla.
Vasos Largos:
Cuando se entrena pocas son las veces que se pasa de hacer más de media maratón
y si se pasa no son muchos más kilómetros, ábrenos tu mente al paso por el km
21:
Chendo: Pasé
por la media maratón en 2 horas y 21 min y tenía buena sensación en las piernas
a pesar de que me encontraba un poco solo, pero era algo que era de prever. La
primera media maratón iba bien pero quedaba otra.
Vasos Largos:
En la calle Manuel Siurot y cercano al estadio del Real Betis estaba el km 30,
¿Cuáles eran tus sensaciones en carrera? ¿Había hecho acto de presencia el
temido muro?
Chendo: Desde
el km 22-23 la carrera se me empezó a hacer muy larga, no veía caer los
kilómetros. Empezaba a hacer calor, a mi mente empezaban a llover pensamiento
negativos, sólo del 25 al 26 se me hizo corto y no sé si fue porque era en el
Ramón Sánchez-Pizjuán, porque estaba mal medido, porque pica un poco hacia
abajo o porque había mucha gente, pero el resto se hacía eterno. No sé lo que
es el muro físicamente pero sí psicológicamente y me había dado de bruces
contra él a pesar de no ir mal muscularmente.
Vasos Largos:
Acababas de pasar por el bello Parque de María Luisa, por la portentosa Plaza
de España y por delante de la Alegoría de la Fama que corona el Rectorado de la
Hispalense. Pero a pesar de la belleza de todos estos lugares las piernas ya
traían 35 kms así que cuéntanos ¿Cómo marchabas por ese punto? ¿Se puede
disfrutar del bello centro sevillano cuando se va sufriendo prácticamente a cada paso?
Chendo:
Cuando me apunté a esto de la maratón tenía la idea de hacerla sin pararme,
pero dada mi mala preparación decidí hacer los primeros 30 kms sin pararme y si
estaba mal abandonaba y si tenía fuerzas pues me lanzaba a la aventura. No
miento si digo que me entraron ganas de llorar, estaba hundido psicológicamente
después de estar cerca de 3 horas y media corriendo. Por lo que me marqué como
objetivo terminar, pues no llevaba las piernas mal, haciendo 1 km andando y
otro corriendo. Cuando vi a Cris lo primero que le dije fue “esto no es bonito,
¿qué hago yo aquí si a mi no me gusta correr?”, no estaba yo para paisajes
bonitos por el parque o por la Plaza de España, yo quería llegar a la meta.
Vasos Largos:
Sales del centro y pasas el puente de la Barqueta y prácticamente se intuye el
estadio de La Cartuja pero queda pasar por el parque del Alamillo donde se
contraponen las caras de sufrimiento de los maratonianos con las caras de
felicidad de los niños y padres jugando en el césped, ¿Qué pensabas en ese
momento?
Chendo: Seguía
con mi estrategia de correr y andar pero corriendo por las zonas más bellas,
por Plaza de España, por Avenida de La Constitución o por Trajano (por esto las
fotos que tengo son corriendo). Había pensado correr hasta el final desde el
kilómetro 37 pero ya no me veía capaz de hacerlo físicamente pues la
alternancia de correr y andar aunque me había venido bien para la mente había
supuesto que ambos gemelos desde el km 31 vinieran amagando con subirse por lo
que debía variar la pisada y correr cojeando. En el parque del Alamillo viví
una estampa que me recuerda a la primera vez que acompañé a mis amigos en la
maratón, de un lado la situación idílica y feliz de las barbacoas, la pelota,
las bicis, los patines, los juegos y por en medio una hilera de corredores con
el sufrimiento en la cara, uno de esos era yo. Pero ya me dije que había que
llegar corriendo aunque fuera arrastrándome así que desde el km 39 hasta el
final lo hice corriendo, salvo en el 40 que me paré mínimamente a beber.
Vasos Largos:
Y por fin esa entrada al túnel del estadio, ese tartán prácticamente en ruinas
y ese letrero: Meta, ¿Qué piensa, siente y recuerda uno al cruzar ese umbral?
Chendo: Lo
primero alivio, el por fin llegar a la meta te supone un gran alivio al
sufrimiento que llevas encima. Pero lo que rápidamente te deja, por lo menos en
mi caso, es el sentimiento de haberme vencido a mi mismo y quedarme con una
estampa que nunca olvidaré.
Vasos Largos:
¿Qué sentimiento te deja este XXX Maratón de Sevilla? ¿Qué es lo que más te ha gustado
y lo qué menos?
Chendo: Una
vez completada la maratón me deja una gran satisfacción con una pequeña
espinita clavada, aunque me sabía que no estaba preparado no me pude quitar de
la cabeza que pararme era una pequeña derrota dentro de la gran victoria que es
completar una maratón. En cuanto a la maratón, tiene grandes puntos a favor (el
ambiente, los sitios por los que pasa o los voluntarios que te apoyan) pero un
punto en contra es que pasada la media maratón dejaran de repartir botellas por
vasos siendo estos últimos muchos más difíciles de beber, así como la escasez
de naranjas y plátanos.
Vasos
Largos: ¿Cuántos días de descanso piensas llevarte? ¿Y ahora cuáles son tus
próximos objetivos deportivos?
Chendo: De
descanso llevo varios días aunque ahora estoy empezando a salir a andar para
poco a poco ir aumentando el ejercicio, un poco de futbito con los amigos o
alguna salida con la bici además en nada empiezo los ensayos con la Virgen del
Mayor Dolor y eso también requiere un esfuerzo muscular, pero correr creo que
por lo menos unos 20 días me llevaré parado. Después de la maratón de Sevilla
quiero hacer un papel digno en la Bastillippo, por una vez no arrastrarme en mi
pueblo al que siempre llego en mal estado de forma y bajar de 5 min/km.
Vasos Largos:
Y por último, ¿volverás?
Chendo: Aún
es pronto para contestar a eso, pero todo se ve distinto desde el prisma de la
distancia y al igual que durante la carrera me dije que no volvería hoy no lo
veo tan descabellado.