Después del largo camino que separa nuestra población de este pueblo cruzado por la N-IV alcanzamos a Montesinos, amigo de Nono que ya había corrido esta carrera y sabía donde estaba la salida y meta. Montesinos se había apuntado con nuestro club así que le dijimos que recogiera los dorsales mientras buscábamos aparcamiento. La primera mala noticia, Nono saca la cabeza por la ventanilla del coche y empieza a salir humo de su boca como si estuviera fumando habanos. Como llegamos con suficiente tiempo nos acercamos a la línea de meta para dialogar con Montesinos, en carrera es difícil pillarle, y colaborar empujando un coche que no arrancaba al que curiosamente se hizo el loco cuando le pedimos que nos hiciera la foto que veis más arriba. De vuelta al coche para cambiarnos, lo hicimos dentro del habitáculo del vehículo porque hacía bastante frío, y de vuelta calentando a la línea de salida. Allí nos encontramos con unos viejos conocidos, los cuñatis, con los que nos hicimos una simpática foto en la que ya no estaba Nono que andaba intensificando el calentamiento por las cercanías.
Con el ya clásico retraso en el inicio intentando que la gente se fuera unos metros hacia atrás iniciamos la carrera (de 11,1 kms), Nono por delante y Tena, Cerote y yo casi en los últimos puestos. Salimos en dirección a la Nacional IV para completar una vuelta por el pueblo de 1,5 km. Cerote informaba que cada 2 kms aproximadamente había avituallamiento y así se cumpliría. Después de pasar por línea de meta por primera vez empecé a notar que las moletias que traía en el biceps femoral no remitían, si acaso aumentaban, y aunque no pensaba forzar en esta carrera llegué a barajar la posibilidad de retirarme si las molestias seguían en aumento. Así las cosas nos adentramos en Cádiz por un camino de tierra con charcos que se iban evitando con cierta facilidad. Hasta en este punto alejado del pueblo nos encontramos con gente animando, y un pastor con su rebaño al que informamos que íbamos a pasar dos veces por ese punto. El terreno no estaba en muy mal estado excepto al paso por el kilómetro 4 donde pudimos comprobar como pasó Nono por el resbaladizo barro y como lo hicimos nosotros, mientras sus piernas se encontraban manchadas las nuestras estaban impolutas. Cercano al kilómetro 5 empezamos a oír sirenas que nos alertaron y nos hicieron pensar que seríamos doblados pero lo seríamos por esos ejemplos de superación en veloces sillas de ruedas. Por detrás el trío se mantenía cercano a los 5 min/km que marcaba un corredor local que era animado en cada esquina, antes del segundo paso por meta Montesinos ya había dejado atrás a Nono que marcaba un ritmo un minuto inferior al del tridente.
Este tridente se rompió cuando de nuevo salimos al gaditano campo, Tena subía un poco el ritmo que traía el grupeto y Cerote empezaba a sufrir. Al niño de las orejeras se le empezaba a hacer un poco larga la distancia al paso por el kilómetro 7 y medio y como mis molestias habían remitido un poco al paso por meta (kilómetro 6,5) pero no completamente decidí ni intentar seguir a Tena que poco a poco iba adelantando a muchísima gente, como podíamos comprobar en las largas rectas que tenía el circuito. Mientras Nono y Tena apretaban en los metros finales Cerote empezaba a sufrir bastante, le dije que si el último kilómetro aumentábamos el ritmo pero a esa altura ya le quedaban pocas fuerzas de las que tirar
Esto son los tiempos de nuestros atletas:
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