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martes, 20 de noviembre de 2012

La soledad es testigo de mis castigos y glorias, la soledad me hace grande

En la lluviosa mañana del sábado 17 unos locos por el deporte y por el running en particular nos pusimos camino de Huelva, como otras veces el lugar de quedada fue la esquina de Tena, y allí a las 9:30 nos citamos Dani Mama, Zurdo, Maldini, Jesuly (que corría en lugar de Diego) y yo (Chendo). Con un poco de retraso nos pusimos camino de Alcalá para recoger a Paco y de allí a la capital onubense. Con lluvía y vientos que incluso se sentían en la conducción del coche, no se si Dani Mama también se daría cuenta, nos pusimos en Huelva. Y con alguna pequeña duda nos pusimos en la Reserva de la Biosfera por la Unesco y Paraje Natural de las Marismas del Odiel, un espacio natural situado en la desembocadura del río Odiel o ría de Huelva que acoge sobre todo en invierno a una enorme concentración de aves siendo la mayor colonia de Europa de cría de espátulas (anida en estas marismas un 30%), flamencos, anátidas, garzas reales, garzas imperiales, grullas, cigüeñas negras, águila pescadora, aguilucho lagunero, etc. 

Pero este bonito paraje nos tenía preparado algo con lo que contábamos, pero no por ello se nos hacía menos duro. El barro. Un compañero de ruta que convertía nuestra carrera en un cross, un duro cross. Pasadas las 11 llegamos a este parque natural y con la experiencia de Zurdo y Paco decidimos recoger los dorsales y cambiarnos allí mismo para dejar las mochilas en la consigna que nos cedían gentílmente. Una vez cambiados y con dorsal y chip colocados, chip por otra parte que no creemos que sirviera para nada pues en los puntos de control te apuntaban a mano el dorsal, nos pusimos a calentar y la lluvia también decidió acompañarnos. Empezó a apretar y casi 500 personas que estaban dispuestas a mojarse durante más de una hora se refugiaron. Sin tiempo para más nos situamos en la línea de salida, nos saludamos y nos alentamos unos a otros, en ese momento quise retrasarme más mi puesto de salida y mis compañeros no me dejaron. Creíamos que estábamos en la parte intermedia del pelotón pero cuando nos quisimos dar cuenta eramos casi los últimos. Con el pistoletazo de salida dejé marchar a Zurdo, Paco, Jesuly y Maldini; Dani Mama se quedó un poco más rezagado buscando su ritmo y lo acompañe durante poco más de 500 metros, en ese momento lo dejé marchar. Como siempre el principio de la carrera se empezó fuerte y aunque sabía que ese ritmo era superior al que me convenía la inercia de la prueba me llevaba, así completé los primeros kilómetros en torno a 5:00 min/km. La carrera discurría durante sus primeros 2,4 km por asfalto, giraba a la izquierda y tomaba el carril bici que comunica Huelva con Aljaraque; después del kilómetro 3,5 la carrera abandonaba el paraíso que era el encharcado carril bici y giraba a la izquierda cruzando la abierta cancela que daba paso a esta Reserva de la Biosfera. De pronto el camino arcilloso de las marismas se transformaba en un barrizal por donde pasaba una manada, una manada que dejaba extrañas marcas, asics, mizuno, nike, adidas, saucony, brooks, reebok... eran las extrañas huellas que dejaba esta peculiar manada. 

Durante gran parte de la carrera me llevé pensando en mis compañeros pues si con mi ritmo llegué a sufrir un par de resbalones que cerca estuvieron de dar con mis huesos en el suelo los trepidantes ritmos de los "galácticos" del club podían acarrear algún percance. Como después sabría el grupo que primero formaban Maldini, Paco, Zurdo y Jesuly se fragmentó; Paco y Maldini se marcharon juntos en el terreno asfaltado y el segundo haciendo gala de su excepcional estado de forma dejó atrás a Paco. Un poco más atrás Dani Mama corría de forma inteligente y no se metía en batallas que no le llevarían a nada. Por detrás yo empezaba a comprender más la crónica de Zurdo donde hablaba de la soledad del corredor de fondo, no miraba lo que me quedaba ni en que punto estaba de la carrera, sabía que había bajado el ritmo pero mi preocupación se centraba en pequeñas molestias en el abdutor y en el biceps femoral de la pierna izquierda y en que no fueran a más. Estando en soledad he llegado a encontrar una mayor satisfacción al completar la travesía pues en carreras populares la gran cantidad de gente corriendo y en las calles te ayudan a no decaer. 

Mientras el viento nos seguía dando por todos lados, en sentido literal, la lluvia nos respetaba aunque no por eso íbamos precisamente limpios. Bordeábamos charcos, los saltábamos, los cruzábamos por donde menos agua había, pero en ocasiones nada de esto era posible y había que meter el pie hasta dentro. Al cobijo del viento nos adentramos entre pinares y eucaliptos, ya habíamos pasado el km 5 donde se encontraba el primer avituallamiento y del cual pase. En esta especie de bosque el terreno estaba marcado por pequeñas subidas y bajadas y más fangoso por lo sombrío del terreno, esto hacía que en muchos lugares no se llegara a distinguir entre marisma y camino. Pero nosotros a lo nuestro, salimos del  parque y nos recibió más viento que antes, aunque esta vez a favor, un poco de agua en el km 10 y a enfilar larguísimas rectas. Mis sensaciones seguían siendo buenas así que empujado por el viento decidí aumentar un poco el ritmo y al final lo pagué caro. Pasado el km 11 nos visitó el agua que hasta el final nos acompañaría aunque de forma intermitente. Lo primero que se me vino a la mente fue que sería el único de los nuestros que se mojaría, esto fue otro golpe psicológico que unido a todo lo anterior me hizo sufrir desde el km 13,5 hasta el final, pero entonces entendí algo que había escuchado a mis compañeros expertos en gran fondo: el dolor físico no es eterno, el dolor por retirarse sí lo es.

Sólo me quedaban 3000 metros pero que largos se hicieron, pensé que si ralentizaba mínimamente el ritmo al final podría cambiar y terminar fuerte, y así en el km 15 apreté pero las fuerzas no duraron más de 150 metros. Sólo me quedaba salir de los embarrados caminos y subir la cuesta que daba paso a la carretera, ya estaba en el Centro de Visitantes Marismas del Odiel y realmente me llegué a emocionar cuando mis compañeros me vitorearon como si fuera el primer clasificado. A Maldini, Paco, Jesuly, Zurdo y Dani Mama GRACIAS.

Os dejo unos datos de esta VI Travesía Marismas del Odiel que cerraba el circuito de fondo en la provincia de Huelva:


Aquí tenéis los tiempos:



2 comentarios:

  1. Y yo me pregunto: ¿es posible relatar mejor lo acontecido en la carrera?
    Me parece que no.
    Grande Chendo y sus crónicas.
    De esta carrera y de todas las demás me quedo con un sentimiento personal: "No hay mayor satisfacción y placer que hacer deporte, el deporte que amas, acompañado de tu gente".
    Espero que esto dure mucho y podamos seguir yendo a muchas carreras, cada uno a su ritmo, pero todos juntos como si fuesemos sólo uno.
    Dm

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  2. Muchas gracias Dani, no hay mayor verdad que la que tu acabas de decir. Ah y aprovecho para felicitarte por tu cumpleaños, un abrazo

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