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martes, 19 de noviembre de 2013

Maratón de Valencia 2013

Tras el análisis hecho por Chendo, donde se pueden consultar de forma exhaustiva  unos números que no engañan, llega el momento de analizarla de una forma más subjetiva, desde el punto de vista de un corredor.

Para hablar de donde empezó toda esta aventura de irse a correr a Valencia tendríamos que remontarnos a finales del mes de julio, cuando tras apuntarnos a la carrera, reservamos vuelo y plaza de hotel.

Tras mucho madrugar fuimos al aeropuerto de Sevilla y cogimos el primer vuelo con destino a la capital de Turia, ya desde el avión vivimos la carrera, debido a que la gran mayoría de los pasajeros íbamos para correr la maratón; alguna cara conocida del circuito de carreras populares de Sevilla. Legamos a Manises y acto seguido cogemos el metro y andamos aproximadamente media hora para llegar al hotel Acteon.

Nos tendemos un rato y vamos a la feria del corredor para recoger los dorsales y la reducida bolsa del corredor (sólo una camiseta y un paquete de papas fritas), después vamos a un arroz donde nos ponemos hasta las manillas de este delicioso manjar típico de chinos y valencianos para volver al hotel y descansar un ratillo más antes de acudir al mismo parque de las ciencias donde se emitiría un documental sobre Martín Fiz y posterior mesa redonda donde participarían personajes tan dispares como el propio protagonista del documental, Carles Francino, Santi Millá o la diosa de la belleza Kira Miró. El documental fue fantástico, aunque muy crítico con Abel Antón, Santi Millá contó un par de chistes malos e intento ligar con toda fémina que le rodeará y Kira Miró, que decir de esta diosa de la belleza, hubo gente que cada gilipoyez canaria que soltaba la aplaudía sin pensar en lo que decía o quería decir, simplemente te levantaba el ánimo y alguna cosa más, bueno, ya esta Diego iba a hablar de correr y llevo un rato soltando chorradas, pero eso si, si Kira Miró me hubiera invitado a su casa no hubiera corrido la maratón y la crónica se hubiera acabado en este preciso instante.

Vamos a una cafetería y un café para algunos y un zumo de piña y una horchata para otro que estaba empeñado en empaparse de todos los tópicos valencianos (el menda tomó arroz, horchata y naranja...me quedé con las ganas de pitar al Valencia CF en Mestalla), nos dirigimos hacía el hotel donde nos duchamos, nos jactamos de pasta en un italiano, un gin-tonic (Zurdo gin-lemon) y a dormir lo que se pueda para muy temprano hacer un desayuno fuerte y coger fuerzas para la maratón.

Desde la salida se vieron las intenciones de cada uno; Maldini buscando el globo (en este caso cartel) de las 3 horas y Chelsi y un servidor agazapados, esperando a que suene el pistoletazo de salida, pistoletazo y a correr.

Desde un principio creía que iba a correr con Manolo, pero este estaba muy mentalizado para acabar la maratón en menos de tres horas, yo decidí ir tranquilo hacía delante sin pensar en las tres horas y esperando a que los kilómetros fueran pasando sin que me apareciera el temido muro, creo que Chelsi hizo lo mismo.

Empieza la carrera, y tal como había diseñado ocho semanas antes (cuando empezó mi entrenamiento específico) fui poco a poco cogiendo un ritmo general de 4'15'' el kilómetro (este es el ritmo que hace falta para bajar de las tres horas), dividiendo la carrera en 8 fracciones de 5 km y una última de 2 km, en cada uno de esos tramos iba viendo si mi ritmo era el adecuado pero siempre intentando ir lo más cómodo posible (por ejemplo eso se ve cuando puedes hablar sin dificultades con el resto de atletas mientras corres) y eso si, muy importante, no me dejé atrás ningún avituallamiento y, en tal caso aprovechaba siempre mi botella de agua y mi vaso de Powerade y en caso de que lo hubiera, mi pieza de fruta (plátano o naranja), siempre decliné el uso de geles, y cuando me alimentaba bajaba el ritmo para que la comida no se me atragantara y bajara fácilmente por el esófago hasta el estómago donde los jugos gástricos se encargarían de disolverla y posteriormente a través de las paredes del intestino delgado los nutrientes de tales alimentos se incorporaran a la sangre...después caca.

Dejemos el aparato digestivo y continuemos con la carrera....que fue preciosa, siempre por grandes avenidas, con mucha gente y grupos de música por todos lados (incluso vimos un atril con el papa Francisco o unos niños interpretando una obra de teatro, o un bosquimano bailando danzas africanas), en resumen, todo lo que nos rodeaba era una fiesta (de la cultura y del deporte). Yo personalmente me iba sintiendo más cómodo con el paso de los kilómetros y seguía con mi táctica de guardarme para el final...allá por el km 32 me encontré con Manolo, que por entonces ya se había tropezado con el temido muro y le quedaba una odisea hasta el final, en cuanto a mi seguí con mi ritmo seguro de que llegaría al final con fuerzas, en el kilómetro 40 me encuentro al corredor con el globo de las tres horas, decido adelantando y continuo hasta el final al máximo de mis posibilidades. Mención especial al final de la carrera, impresionante ambiente con las calles atestadas de gente animando sin parar y todo dentro de un marco incomparable, paso por la alfombra azul y META.

Como todos sabéis llegue en un tiempo oficial de 2:58:04, Manolo en 3:16:20 y Zurdo en 3:19:05, satisfacción personal y grupal porque todos llegamos bien a meta y supimos que de una pieza íbamos a volver a El Viso del Alcor.

Después como suele ser normal alguna que otra caña y vasos largos siempre en compañía de buena gente.

Agradecimientos a todos los miembros del CA Vasos Largos y, en especial a mis compañeros de fatiga Jesús Zurdo y Manolo Alcaide, por supuesto a mi hermano siempre y a mi padre y a la madre de Zurdo que nos llevaron y trajeron del aeropuerto, pero sobre todo a la ciudad de Valencia, que tan bien nos trató durante este maravilloso fin de semana


1 comentario:

  1. Como he dicho antes, sois unos CRACKs, otra pedazo de crónica.

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