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martes, 14 de mayo de 2013

101 Km de Ronda

El pasado día 11 de Mayo de 2013 tuvo lugar otro año más la carrera de la Legión, los 101 Km de Ronda XVI edición, y otro año más me enfrentaba a intentar llegar a meta. La carrera discurre por la serranía de Ronda, uniendo los municipios de Ronda, Arriate, Alcalá del Valle, Setenil de las Bodegas, Montejaque y Benaoján discurriendo por un paisaje realmente maravilloso.
El previo a la carrera (aunque el verdadero previo son varios meses de entrenamiento) comenzaba el viernes día 10 de Mayo por la mañana; había que preparar las cosas, las mochilas con todo lo necesario para la carrera y no olvidar nada. La primera recogida de mochila la tenemos en Setenil de las Bodegas (km 58), este punto es donde debemos incluir el frontal ya que el paso aproximado por este punto es sobre las 19:30 o 20:00 de la tarde, más adelante se vendrá la noche encima, y el siguiente punto de recogida de material (Cuartel de la Legión en el km 77) ya quedaría muy lejos.
Para la primera parada considero lo necesario y cargo la mochila con frontal , calcetines, mallas cortas y camiseta, pilas para el frontal, vaselina, barritas de cereales y energéticas, plátano gel, ibuprofeno y sandwich.
Para la segunda parada incluyo mallas térmicas, calcetines, camiseta de manga larga, barritas de cereales y energéticas, plátano, sobres de frutas, vaselina, otro frontal y más pilas de repuesto, sandwich y bastones.
El viernes por la tarde marcho hacia Ronda, primeros atascos a la entrada a la ciudad, pero ya cojo mi atajo para llegar al polideportivo. Antes de nada, hay que coger el sitio para dormir en el polideportivo. Vuelvo al coche a recoger las cosas , dejo las mochilas preparadas en los camiones para que las lleven al punto de avituallamiento y me ubico en el pabellón, mi colchón hinchable, mi almohadita, mi toalla, lo dejo todo preparado y ya listo para dar una paseo para estirar las piernas. 
 Doy un paseo por Ronda para a ver el ambiente, y al poco me avisa el resto de visueños que se presentan a la prueba, indicando que ya estaban llegando. Nos encontramos en el polideportivo y nos vamos todos juntos para la "cena de la pasta".
Una vez cenamos nos vamos de vuelta al polideportivo a dormir, o intentarlo. Entre los nervios, la cantidad de gente, algunos tosiendo, otros pasando para el baño, otros que no pueden dormir, otros que roncan a pierna suelta, y para colmo me toca justo al lado mío, la noche se hace eterna y los desvelos son múltiples. A las 8 de la mañana toca diana el legionario de turno y todos en planta.
Nos levantamos y vamos a desayunar todos juntos, baguette de jamón y zumito de piña, hay que echarle gasolina a la máquina, jeje. Alguno que otro lo acompaña con una copita de aguardiente, y seguidamente recogemos el material y nos dirijimos hacia el otro polideportivo, desde donde sale la carrera.
Control de pasaporte para acceder a la pista, discurso y salida de los ciclistas y duatletas. Finalmente es nuestro turno. Comezamos a correr, la salida es prácticamente en cuesta, premonición de lo que nos espera más adelante.


Comenzamos a trotar y empezar a sudar por las calles de Ronda, mucho ánimo por parte del pueblo. Al poco ya salimos del pueblo y nos adentramos en el campo. Bellísimo paisaje, y caluroso el día que nos tocaba. Llegan las primeras cuestas y aunque el cuerpo está fuerte, hay que guardar fuerzas porque no son sólo una las cuestas que debemos subir, vendrán muchas más y más duras. Cojo la estrategia de correr en llano, y a la hora de enfrentarme a una subida, alargar los llanos hasta adentrarme un poco en las cuestas, y subirlas andando una vez que ya empiecen a picar. Es muy importante llevar paso corto mientras se suben las cuestas, hay que tener cabeza y aunque podamos subirlas corriendo y a grandes zancadas, hay que guardar fuerzas, ya que de otra forma, más tarde nos pasará factura.
Entre cuestas pequeñas y llanos, llegamos al km 23 sobre la 13:00, llevamos 2 horas corriendo y llegamos justo para un avituallamiento especial con sandwich, donut, fruta y a continuar. Pasamos los primeros 33-34 km hasta que llegamos a Arriate y comenzamos la brutal subida que me pasa factura casi todos los años. Este año no iba a ser menos, entre el calor, y la dureza de la subida, vomito en varias ocasiones. Hasta que finalmente corono la cima y llego al km 38 al avituallamiento del Cortijo del Polear, donde al igual que el año pasado tuve que hacer una parada más larga de lo normal para recuperar fuerzas, refrescarme del calor y la subida brutal, finalmente estuve unos 10-15 minutos tumbado echándome agua por la cabeza, hasta que me encontré mejor. En esta subida, había cogido mi paso y había dejado atrás al resto del grupo con el que comencé la carrera, y justo cuando iba a reemprender el camino, llegaron de nuevo el resto de participantes de El Viso y de Mairena, y ya nos vamos todos juntos.

Continuamos con una bajada y con un poquito de llaneo hasta llegar a Alcalá del Valle, donde otro año más me esperaba mi padre, hacemos una parada más larga de lo normal, nos tomamos un Aquarius (otros una cervecita) en un bar y continuamos con la brutal subida que hay al salir de Alcalá del Valle.
De nuevo otro poquito de llaneo y algunas bajadas hasta llegar a Setenil de las Bodegas, donde nos tomamos una cervecita y donde estuvimos esperando una hora de cola estando de pie, para poder recoger nuestras mochilas y que no nos sentó muy bien después de la paliza que llevábamos encima. No había elección ya que debíamos coger el frontal, eran ya las 20:00 y se estaba echando la noche o se echaría en breve, pero ya habíamos dejado atrás 58 km.
Me desmarco en el km 60-65 siendo ya de noche, durante una subida al cortijo Charco Lucero. La noche ya se había echado encima, y costaba ver el terreno con dificultad. Es difícil saber si a escasos metros tienes una cuesta o no, y también incluso ver si vas por la senda correcta. Te puedes orientar por un reguero de lucecitas rojas intermitentes, que nos reparte la organización en el avituallamiento de Setenil. Y por algunos fluorescentes colgados en los árboles. En este punto ya me había desmarcado del grupo, había algunas subidas en las que no podía parar, de haberme parado a esperar corría el riesgo de quedarme colgado a mitad de las cuestas. Una vez llegaba arriba, esperaba unos minutos, por si aparecían algún conocido, pero decidí continuar tras varios minutos de espera.
Casi sin darme cuenta, consigo llegar a la cima y comienza la brutal bajada que me dejó secuelas en la pasada edición y que me provocó la retirada, en la que en apenas 3 km pasamos de los 920-930 metros de altitud hasta los 560-570 metros de altitud. Conociendo esto, afronto la bajada con tranquilidad. Tras la brutal bajada, un poco de terrenos con poco desnivel, sin grandes subidas ni bajadas, que me permite correr, aunque la verdad que se veía poco o nada, y muchos corredores, que iban andando a los que voy adelantando y pidiendo paso, me miran con cara de asombro.
Entre una cosa y otra, consigo llegar al Cuartel de la Legión, donde un año más estaba mi padre a la entrada al cuartel, me paro un minuto para comentar cómo iba y continúo hacia el avituallamiento. No me paro para comer, debido a la mala experiencia del año pasado, así que simplemente recojo mi mochila, me cambio de camiseta por la de manga larga, eran ya las 1:00 de la mañana, un poquillo más tarde que el pasado año, pero teniendo en cuenta el tiempo perdido en Setenil en la recogida de mochilas, consideré que iba bien de tiempo (dentro de lo que cabe).
En esta ocasión me tomo una barrita energética, un poco de agua y a continuar, algo había que echarle al cuerpo, no tenía muchas ganas de comer, así que pasé de pararme a cenar, había pasta y papas aliñás. Es importante comer y beber, aunque no se tenga ganas, ya que más tarde casi sin darte cuenta puede pegarte el bajón, y más vale prevenir.
Al poco de salir del cuartel, comienza una de las subidas más brutales, por no decir la más brutal de toda la carrera, la famosa subida a la ermita de Montejaque. (¿Quién coño sube hasta ahí de romería? Y si suben seguro que no van cargaos de botellines como en la nuestra, jeje). Y también brutal la bajada desde la ermita hasta el pueblo de Montejaque. La subida y bajada a la ermita son brutales, en apenas 7-8 km se pasa desde los 450m metros de altitud hasta los 750m y otra vez hasta los 420m, y todo eso después de llevar ya 82-83 km en las piernas. Paso por el avituallamiento de Montejaque, sobre las 3:30 o 4:00 de la mañana, el pueblo estaba desierto pero había un par de figuras haciendo botellona y con el musicón a tope en el coche animando a todo el que pasaba por allí, de echo era los únicos que había en el pueblo, junto con el tío de protección civil, que tenían al lado con cara de muy mala hostia.
A estas alturas estaba ya completamente sólo, llegué a Benaoján y afrontaba otra de las subidas más brutales de la prueba, y ya en el km 86-87. No tenía muchos dolores, me dolían los empeines, supongo que arquear un poco la planta con tanta bajada de cuesta.
Los últimos kilómetros se me hacen eternos, no por cansancio sino por las ganas de llegar, y a ello se suma el hecho de ver ya Ronda en lo alto, y ver cómo nos mandan de una a otra parte, de un camino a otro, y me desespero, porque quiero comenzar ya la subida hasta la ciudad y terminar de una vez. Pero no, seguimos por un camino y otro rodeando Ronda, hasta que finalmente, con claridad en el cielo, y escuchando a varios gallos anunciando la llegada del alba, por fin comienzo la conocida como la “Cuesta del Cachondeo”. Una brutal subida, con escalones empedrados, que nos llevan desde lo más bajo de Ronda hasta lo más alto. Pero de las ganas de llegar, comienzo a correr para asombro de los participantes que me rodeaban y a trote rápido finalmente una vez finalizada la cuesta del cachondeo, llego a la calle principal de Ronda, que cruza el famoso puente, y afronto la última recta para llegar a meta. Ya no me duele nada, pliego mis bastones y comienzo de nuevo a correr y ya no paro hasta que una intrusa se abalanzó sobre mí, a falta de 10 metros para la meta. Finalmente cruzo la linea de meta en un tiempo de 20 horas 27 minutos y 6 segundos y consiguiendo un reto que me propuse hace 4 años y que me ha llevado 3 participaciones para poder hacerlo realidad.
Conclusión: los 101 Kilómetros de Ronda son una prueba muy exigente. Pide muchos y variados recursos: saber entrenar, elegir material y vituallas, disponerlos, dosificarse o arriesgar…incluso saber renunciar. Y los dos años anteriores en los que tuve que abandonar la prueba me han servido de referencia para poder preparar y conseguir finalizar una prueba tan exigente como esta.



6 comentarios:

  1. Este es mi Joao. Grande, muy grande. Sí señor.

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  2. Muy grande si señor.....Enhorabuena Prim con constancia se consigue las cosas y lo has demostrado, tremendo tiene que ser aquello leyendo tus notas e incluso anima a realizarlo algún día.
    IKI

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  3. Totalmente recomendable Iki, aunque sea en bicicleta. El paisaje, los caminos, la gente, es imporesionante.

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  4. Por cierto, el próximo día 30 de Noviembre hay una ultratrail de 110 km en la sierra norte de Sevilla, pasando por Castilblanco, Almadén, El Ronquillo. Por si a alguno le han entrado ganas, jeje. Y si no podemos estar alerta, para ir a la 101 de Ronda el año que viene formando equipo, o si no si alguien se anima, también podríamos hacerla en bicicleta, que también tiene lo suyo. Ya se hablará.

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  5. Gracias por llamarme INTRUSAAAAAAA!!
    2 horas esperándote de madrugada con todo el frío, de pie y sin moverme y así me lo pagas..mu bonito!

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  6. Jajaja,al menos ta nombrao, a un piojoso ni hace referencia de él!!! Jajaja, no te lo echo en cara Prym!!!. Ma gustao la crónica!!! Un saludetr

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